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El coronavirus y los minerales en América Latina: no hay razón para políticas de carrera hacia el fondo

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Mensajes clave
  • Las empresas mineras piden a los gobiernos flexibilizar los procedimientos relativos a las consultas indígenas y las licencias ambientales a fin de moderar los riesgos a la producción y atraer nuevas inversiones.
  • En caso se dé un nuevo ciclo minero, los gobiernos deben evitar una sobre dependencia de la exportación de los recursos naturales y del uso de energías fósiles. Al contrario, los gobiernos y las empresas deben explorar maneras en las que el sector minero pueda contribuir a la diversificación económica y transición energética.
  • La demanda y los precios de los minerales producidos en la región han caído como consecuencia de la recesión global. Los problemas logísticos resultantes de las cuarentenas impuestas para contener la pandemia han frenado la producción. En consecuencia, los impuestos y las regalías mineras posiblemente caerán también.
  • Pero, los precios no han caído tanto como para amenazar la viabilidad comercial de los proyectos en marcha; el presupuesto global de inversión se mantiene robusto y la región sigue siendo atractiva para los inversionistas mineros. Más aún, la transición global hacia energías limpias y sostenibles podría incrementar la demanda y los precios de los minerales críticos (cobre, plata, litio y otros) producidos en la región.
Los proyectos en curso enfrentan una baja temporal en la demanda y los precios, por ello están generando retornos por la inversión más bajos. Pero, las demandas empresariales por una flexibilización de los procedimientos ambientales y sociales se han centrado ahora en la necesidad de lograr mayor inversión en la exploración minera. Han construido una narrativa que culpa al exceso de procedimientos relativos a las consultas y las licencias ambientales por la caída en inversiones en exploración minera en nuestros países.

Pese a la caída en la inversión en exploración -después del pico de 2012- ésta se ha mantenido en niveles mucho más altos que en los años previos al súper ciclo e incluso que algunos años del mismo. Ahora seguramente caerá, como ha caído toda la inversión en general, pero la recuperación de precios y demanda que se anuncia podría llevar a una recuperación. Además, los países de América Latina siguen estando entre los que más inversión en exploración atraen en el mundo: Chile, Perú, México, Brasil, Argentina, Ecuador y Colombia están entre los 15 países del mundo que más inversión en exploración reciben.

Algunas empresas pueden enfrentar dificultades de corto plazo derivadas de la caída de la demanda, los precios y la producción como resultado combinado de los shocks externos e internos que nuestras economías han sufrido. Por lo mismo, se puede entender que pidan medidas estrictamente temporales, como diferir el pago de impuestos o regalías por algunos meses. Pero no hay argumento sólido para reclamar rebajas de estándares o flexibilización de procedimientos ambientales o sociales o fiscales permanentes para el sector minero.

Hay que mantener y fortalecer los estándares fiscales, sociales y ambientales para que el posible nuevo ciclo minero no termine repitiendo los problemas de mala gobernanza del súper ciclo anterior. Hay que preguntarse ¿qué se hará diferente para que en esta oportunidad la actividad minera contribuya a una diversificación económica ambientalmente sostenible y socialmente inclusiva, y no a economías primario-exportadoras, altamente dependientes de mercados volátiles y con extrema concentración de la productividad y la generación de empleos con derechos en sectores limitados de la economía?