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Pérdida Para el Fisco Chileno se Convierte en Ganancia Neta para los Accionistas de Antofagasta

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La semana pasada, Citigroup mejoró el grado de calificación de las acciones de la compañía chilena de cobre Antofagasta de “neutral” a “comprar,” con un precio objetivo de 870 peniques por acción (USD 10.92). A medida que la noticia se difundió, el precio de las acciones de la compañía subió de USD 9.57 el 19 de enero a USD 10.38 el lunes 30 de enero.

Si usted piensa que esto es un hecho cotidiano en los mercados de valores, tiene razón. Lo que me llamó la atención en este caso es que la revisión de Citigroup no fue motivada por un nuevo descubrimiento de cobre. Tampoco por el aumento de la productividad minera. Pasa que los analistas de Citigroup afirman haber identificado una laguna fiscal que Antogafasta podría usar. El Financial Times reportó que “eludir la retención de impuestos de Chile hasta al menos 2020 podría reducir el 8 por ciento de la tasa impositiva total del grupo.”

Aunque Citigroup no ha compartido su análisis externamente, la rendija encontrada suena bastante directa. Antofagasta vendió su negocio de agua en Chile por USD 1. 000 millones en 2015. Las ganancias fueron usadas para comprar el 50 por ciento del proyecto cuprífero Zaldivar, en el norte de Chile. Pero una parte del dinero parece haber sido redirigida a través de una compañía holding con sede en el Reino Unido como préstamos corporativos –cerca de USD 500 millones- que habrían sido otorgados a una subsidiaria chilena cuando adquirió la participación de Zaldivar.

Por lo tanto, como las minas chilenas generan flujo de caja, durante los próximos años la mayor parte de los ingresos serán remitidos directamente al Reino Unido como pago del préstamo, no como dividendos. Esto puede ayudar a la empresa a reducir significativamente sus pagos de impuestos al fisco de Chile. De acuerdo a la ley tributaria chilena, los pagos de dividendos hechos por las empresas a accionistas no residentes están sujetos a una retención del 35 por ciento (esta figura se reduce al 15 por ciento para residentes del Reino Unido gracias a un tratado bilateral). Los reembolsos de préstamos, sin embargo, no están sujetos a ningún impuesto de retención, excepto por cualquier interés que se cobre por el préstamo.

En este caso, hasta 500 millones de dólares de "financiación a nivel corporativo" podrían eludir la retención de impuestos en Chile. Esto significa una potencial pérdida para el erario chileno (dependiendo de la forma como se aplique el tratado bilateral de impuestos entre Chile y Reino Unido) de entre USD 75 a USD 175 millones a lo largo de varios años. Para 2016, la tasa impositiva efectiva de la compañía –el impuesto neto pagado por Antofagasta a los diferentes gobiernos como parte de sus ganancias globales- ya podría haber bajado al 35 por ciento de un estimado de 40 a 50 por ciento.

Cuando se propagó la noticia de que Antofagasta podría explotar esa laguna fiscal, los inversionistas lo leyeron como una transferencia de riqueza del gobierno de Chile a la compañía, catapultando el precio de las acciones. Pero, ¿cómo deberían los ciudadanos y contribuyentes chilenos evaluar esta situación? De ocurrir, estarían perdiendo millones de dólares en favor de accionistas de Antofagasta, dueños de capitales internacionales, fondos de pensiones y fondos de activos. Que los activos económicos en juego sean minerales que pertenecen a Chile, y a los chilenos, hace a este caso más revelador.

A través de la experiencia de Antofagasta se pueden resaltar dos cuestiones:

  • Los sistemas fiscales nacionales e internacionales tienen debilidades. La laguna fiscal identificada aquí es común: una técnica perfectamente legal y ampliamente utilizada en el kit de herramientas de planificación fiscal de los mineros internacionales. Es una demostración de que, a pesar del progreso en la cooperación internacional en contra de la erosión de la base fiscal, todavía quedan demasiadas lagunas que las multinacionales pueden usar para evitar el pago de impuestos.
  • Los picos en el precio de las acciones no son necesariamente sinónimo de buenas noticias, como un boom económico o cifras de crecimiento del empleo. La eliminación de regulaciones ambientales y la reducción de impuestos corporativos también pueden aumentar los beneficios empresariales y aumentar el precio de las acciones en el corto plazo. Sin embargo, esto tiene un alto costo para los ciudadanos y las empresas locales, ya sea debido a menores ingresos del gobierno para pagar los servicios públicos, futuros daños ambientales o, simplemente, confianza.